Durante mucho tiempo, la salud mental en el deporte fue un tema poco visibilizado. Sin embargo, en los últimos años ha cobrado gran relevancia, especialmente en el caso de los deportistas de alto rendimiento, quienes viven bajo una presión constante que puede afectar seriamente su bienestar emocional.
Estos atletas suelen estar sometidos a altas exigencias físicas, presión mediática, expectativas sociales y miedo al fracaso. A pesar de estar en excelente forma física, muchos enfrentan ansiedad, depresión, trastornos alimenticios, insomnio o agotamiento emocional. La búsqueda constante de la perfección y el temor a las críticas son factores que influyen negativamente en su salud mental.
Casos como los de Simone Biles, Naomi Osaka o Michael Phelps han sido fundamentales para abrir el debate y normalizar que los atletas también necesitan apoyo psicológico, al igual que cualquier otra persona. Estos testimonios han impulsado a muchas organizaciones deportivas a implementar programas de salud mental y a incluir psicólogos deportivos en los equipos profesionales.
Promover la salud mental en el deporte de alto rendimiento es clave no solo para mejorar el rendimiento, sino para garantizar el bienestar integral del atleta. Hablar abiertamente de estos temas contribuye a eliminar estigmas y a crear una cultura más empática y saludable dentro del deporte.