Ampliar cooperación militar con China: El profundo debate que surgió tras la afirmación de Fernández y los impactos que tendría

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Un profundo debate surgió tras conocerse que la ministra de Defensa, Maya Fernández, expresó en Pekín su disposición a expandir continuamente la cooperación en defensa con China. Esto, ya que si bien expertos coinciden en que entre ambos países existe una larga relación diplomática y económica, y que es «fluida», otra cosa es «estrechar vínculos militares en estos momentos». También hay quienes creen que avanzar en ese sentido «no conviene al interés nacional».

La secretaria de Estado visitó el país en el marco del XI Foro de Xiangshan, dedicado a la diplomacia militar. Y, durante su encuentro con el ministro de Defensa chino, Dong Jun, subrayó que la colaboración bilateral «cuenta con una sólida base» y que existen mecanismos para seguir ampliándola, según recogió la cartera castrense del país asiático, en un comunicado.

Dong, en tanto, afirmó en las reuniones mantenidas con sus homólogos de Madagascar, Mauritania, Maldivas, Tayikistán, Bielorrusia y Armenia que «China está comprometida a elevar las relaciones de cooperación militar a un nuevo nivel, contribuyendo a la construcción de una comunidad de destino común para la humanidad».

En la misiva también se expuso que con dicha visita lo que se buscaba era fortalecer los lazos en defensa con Pekín, reafirmando el apoyo al principio de «una sola China» y su disposición a profundizar la colaboración en los próximos años. Esta situación no pasó desapercibida y causó, a lo menos, controversia. A través de cartas enviadas a El Mercurio el fin de semana, dos personas mostraron reparos por la información compartida en el comunicado. Karin Ebensperger Ahrens calificó como «preocupante» que Fernández anuncie que pretende lograr una mayor cooperación militar con China, pues «ese vínculo aumentaría la posibilidad de una peligrosa intromisión del PC chino en la seguridad estratégica de Chile y crearía una delicada tensión con nuestros aliados occidentales».

Misma apreciación mostró Manfred Wilhelmy, abogado y profesor de Relaciones Internacionales, quien aseveró que el tema es «extremadamente sensible y por ello, amerita un amplio y profundo debate». A su juicio, hay razones de peso para estimar que la política propuesta -que supone es la postura del Gobierno-, «no conviene al interés nacional» y, entre sus argumentos, menciona, por ejemplo, que «China tiene un régimen autoritario regido por un partido hegemónico, con aspiraciones de potencia regional y mundial, gobernado con criterios muy distintos de los que se consideran legítimos en Chile». Esa diferencia, de acuerdo a lo que precisó, se puede obviar en gran medida en lo económico, pero no en materias políticas como defensa y relaciones exteriores.

Por otro lado, expone que en el período contemporáneo, China «ha atacado a países vecinos como India (última confrontación en el año 2020) y Vietnam (guerra en 1979). También, dice que hostiliza actualmente a Filipinas (por disputas marítimas) y amenaza a Taiwán (tema aparte es el de ‘una sola China’)». Para Wilhelmy además es una razón el hecho de que China «coopera activamente» con Rusia, («alianza sin límites»), en su agresión a Ucrania, y con Corea del Norte. Asimismo, afirma que Chile y China «tienen diferencias no resueltas en temas antárticos, marítimos y de pesca de alta mar». Por ello, sostiene que «naturalmente, si estrecháramos relaciones militares con Beijing, se afectarían relaciones valiosas con aliados tradicionales de Chile que permiten, por ejemplo, nuestra participación en ejercicios de defensa como Unitas y Rimpac, de gran importancia profesional».

«Evitemos un traspié importante en nuestras relaciones exteriores, necesitamos un debate a fondo en la materia», acota. «¿Estamos hablando de compra de equipo militar chino? ¿Cooperación en el ámbito de inteligencia?» Consultados por Emol, otros expertos no se alejan de esas visiones. Alberto Rojas, director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, reconoce que Chile tiene una relación de larga data con China -desde que el gobierno de Salvador Allende, en diciembre de 1970, firmó el acuerdo que estableció oficialmente las relaciones diplomáticas entre ambos países-, y eso transformó a este país en el primero de Sudamérica en reconocer al gobierno de Mao Zedong.

Además, menciona que Chile fue el primer país del mundo en firmar un tratado de libre comercio con China (2005) y actualmente el gigante asiático es su principal socio comercial, por delante de Estados Unidos y la Unión Europea. Pero pese a ello, advierte que «una cosa es tener una relación diplomática y comercial fluida, y otra muy diferente, es estrechar vínculos militares en este momento».

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